SOBRE LA PINTURA DE FRANCISCO DÍAZ
Las pinturas de Francisco Díaz Tripiana (Granada 1940), son una apertura que abre horizontes nuevos para volver a invitar a otras búsquedas. Así entiendo la pintura de este artista. Son pinturas de ida y vuelta, de llegar para entrar en uno mismo con colores que nos rodean. Porque él es, por encima de todo, un colorista, y así lo entiende, “experimentador audaz de la pintura”. Posee una manifiesta inquietud denodada, un regodeo sin problemas, alimentado por una ironía que resulta ser su verdadero potencial.
En sus cuadros el espacio se puebla de referencias; son conceptos personales de la dimensión urbana, afanes de gente, aventuras desde el despertar hasta dormir para, en todos los tiempos, soñar de muchas maneras. Traduciendo con denso deslumbramiento su inquietud social, sus obsesiones, que sin descuidar la imagen, ni la exquisitez de su técnica, evidencian un estado de conocimiento, de su potencia y su nivel de percepción. La poesía social que desprende su pintura, no es cuestión de modas, sino de conciencia de quienes se expresan desde el nosotros.
Son obras que nos hacen meditar, pero sobre todo, leer, porque siempre contienen implícito un mensaje y una exigencia. Por que este artista, no acude al arte para divertirse, sino para encontrarse; como una de esas vías vacías que nos llevan a donde queremos ir, que no es a otro lugar que a nosotros mismos, ¿porque si no nos conocemos, qué podemos aportar a los demás? No se trata de sufrir, ni de flagelarse, sino de pensar, de indagar, de encontrar, de encontrase.
En definitiva, Tripiana es un pintor existencialista, que con su gama colorista y densa, nos muestra un reflejo de vida, dando protagonismo al mensaje, sin descuidar la forma. Reciente aun su éxito en su serie sobre las playas, culminado en el primer premio en el VI Certamen Iberdrola-Universidad Miguel Hernández. Obras estas, llenas de gentes que como si fuesen hormigas, pueblan la costa mediterránea, son escenas que nos acercan a la metáfora del hombre de las ciudades, sus calles o playas actuales, hormigueros de incomunicación y de pobreza en su mayor parte.
Para finalizar he de decir, que “sus calles, puentes o playas” con técnica mixta, no son como alguien pudiera creer que se trata de una pintura romántica, no es así, lo que hay es dramatismo, cruda realidad, la vida como es ahora, por más que nos escueza. Son imágenes de la cotidianeidad, que quieren ser amables, sin dejar de ser veraces, porque son pinturas, es, arte con pensamiento. ----Jesús Lozano SAORIN---